Desde la última década, las sociedades se han venido apartando constantemente del dinero en efectivo, proceso que se ha acelerado aún más en los últimos meses debido a la crisis de salud del Covid-19, la cual ha restringido el movimiento y el contacto social.
Mientras las fintechs se roban el protagonismo en los titulares con avances digitales innovadores sobre reemplazar el dinero en efectivo, no se puede dejar de lado que la infraestructura central de un país (CI) es la que hace la mayor parte del trabajo pesado.
De hecho, cuando los gobiernos cumplen con sus responsabilidades sociales para fomentar la inclusión financiera, y aquellas responsabilidades económicas para promover el crecimiento por medio de un mayor flujo de dinero entre personas y empresas, se generan iniciativas de pagos en tiempo real más centralizadas.
Esto nos ha direccionado hacia una adopción generalizada de pagos en tiempo real, como se puede observar en nuestro reciente Informe Prime-Time for Real-Time Payments, y los países sin una Infraestructura centralizada con transacciones en tiempo real saben que necesitan una: la pregunta es entonces ¿cómo obtenerla? No es tarea fácil y alcanzar o mejorar la infraestructura central de pagos de un país es un proceso complejo y con bastantes complicaciones. Ciertamente, los países pueden aprender de aquellos otros con mayor experiencia, pero no existe un camino único para el éxito. Estos países experimentados están descubriendo que el éxito en los pagos en tiempo real genera una serie de nuevos desafíos, a medida que la naturaleza de la demanda cambia y su velocidad aumenta.
¿Estabilidad a través de la soberanía?
Además de los beneficios sociales y económicos de alto nivel ya mencionados, la soberanía es otro factor importante que impulsa a los gobiernos a crear una Infraestructura Central habilitada en tiempo real.
Su adopción se ha incrementado en países y regiones con una alta experiencia, donde se ha demostrado la utilidad y conveniencia de los pagos. Este éxito ha permitido a los gobiernos arrebatar el control de una función económica clave a intereses privados con tendencias potencialmente monopolísticas.
Sin embargo, este éxito también ha generado nuevas complicaciones que plantean desafíos familiares a la soberanía de estos sistemas. Los gobiernos deben evaluar correctamente su capacidad para proteger los intereses nacionales, incluido el procesamiento de pagos y el manejo de datos. A medida que cambian las expectativas de los ciudadanos, crece la demanda de mayores capacidades que den forma a los pagos en tiempo real y generen un mayor impacto en su vida cotidiana. Estos “servicios superpuestos”, creados por actores no gubernamentales, plantean preguntas sobre cómo gobernar la conectividad de la infraestructura central de una manera que impulse la innovación, mientras se protege contra los riesgos de que actores extranjeros vengan a dominar el espacio.
Estas no son preguntas técnicas. Su objetivo es impulsar la liquidez y la estabilidad en la economía por el bien nacional.
Aprendiendo de las experiencias de las Infraestructuras Centrales en tiempo real de mayor madurez
Adoptar el tiempo real dentro de las Infraestructuras Centrales también significa estar preparado para manejar las demandas que esta genera. La experiencia en todo el mundo muestra que las personas desean servicios más específicos relacionados con el tiempo real, como las solicitudes de pago (RtP), que crean entornos competitivos en donde tradicionalmente no lo eran y eran propiedad del gobierno. Además, los intereses de la banca comercial también están llegando a los beneficios de estos servicios, impulsando una mayor competencia entre bancos e intermediarios.
Esto ha llevado a una demanda creciente e inesperada de una mayor regulación para aclarar y entender cómo se gobiernan estos espacios y reafirmar los intereses soberanos de la economía de una nación y sus ciudadanos.
Los países con una infraestructura menos desarrollada pueden utilizar los crecientes desafíos de estas Infraestructuras Centrales establecidas en tiempo real como ejemplo para sus propias iniciativas de modernización de pagos. Estos países se encuentran en la capacidad de anticipar futuros desafíos, planificarlos e incluso regularlos, creando rutas iterativas que han aprendido de aquellos otros países con mayor experiencia, esto para crear infraestructuras adaptables e interoperables. De esta manera, se mueven en la dirección correcta, a la velocidad correcta, sin invertir en exceso.
Los cambios en la regulación a menudo están vinculados a estas iniciativas; por ejemplo, un gobierno podría reestructurar las reglas sobre cómo un determinado tipo de empresa puede obtener una licencia bancaria o autorización para el procesamiento de pagos y así conectarse a una Infraestructura Central. Pero las políticas, el estímulo y los “empujones” persuasivos también pueden usarse para acelerar la adopción. Por ejemplo, si la principal prioridad de un gobierno es la inclusión financiera o combatir la corrupción, puede asegurarse de que los ciudadanos tengan fácil acceso a nuevos servicios como banca en línea, pagos de beneficios digitalizados y préstamos de nómina.
Desde el principio, estos gobiernos tienen la oportunidad de proporcionar marcos claros que informen al ecosistema de pagos de una manera más amplia de cómo pueden integrarse en los nuevos sistemas en la búsqueda de esos objetivos de las políticas. Estos marcos y esquemas deben estar orientados a priorizar el uso de componentes eficientes de infraestructura central, aumentar el flujo y la liquidez y garantizar que ningún jugador pueda dominar el espacio y repercutir negativamente en la estabilidad.
Un gran desafío que vale la pena abordar
No importa cuán desarrollada esté la Infraestructura central, aún presenta desafíos para los proveedores nacionales de infraestructura, pero al mismo tiempo ofrece resultados atractivos que hacen que valga la pena abordarlos. La mejora de la infraestructura central es un compromiso serio que puede tener lugar entre cinco a diez años, pero los beneficios para la economía y sus ciudadanos perdurarán durante décadas.
En todo el mundo, una serie de tendencias están impulsando la evolución tecnológica de los pagos. Los sistemas bancarios y otras infraestructuras deberán actualizarse y transformarse para mantenerse actualizados. Para obtener más información, participe en el seminario web “Estar en el centro de un mundo en tiempo real: la oportunidad para las infraestructuras nacionales de servicios de valor agregado“
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