Los minoristas que continuaron operando durante las cuarentenas a nivel nacional o regional, desestimularon o incluso prohibieron el uso del efectivo en sus comercios, favoreciendo los pagos móviles o pagos sin contacto. Sin embargo, muchas tiendas cerraron por completo, al menos durante un período de varias semanas, lo que obligó a la gran mayoría del comercio no esencial a ser ofrecido de manera virtual.
Como resultado, los volúmenes de los pagos digitales lograron niveles de crecimiento en pocos meses, en la mayoría de los mercados, que sólo se hubiesen logrado en varios años de operación. Los adquirentes ya se estaban preparando para un crecimiento exponencial de los pagos digitales antes del COVID-19 (como se explica en nuestro informe de pagos globales “Prime Time for Real-Time“), pero la nueva era de la adquirencia llegó antes de lo esperado. Estos, se vieron obligados a acelerar sus planes, repensando sus modelos de negocio como respuesta a un mercado altamente dinámico que creó importantes oportunidades para aquellos que logren reaccionar rápidamente.
Una oportunidad para que los bancos adquirentes tomen el control de los procesos clave
En muchas partes del mundo, la cuarentena obligatoria se ha acabado y se han abierto los comercios paulatinamente (aunque en su mayoría con restricciones), no obstante, las ganancias obtenidas en términos de participación en el gasto de los consumidores del comercio electrónico, se han mantenido. De hecho, en muchos mercados el comercio electrónico sigue creciendo debido a que se han formado nuevos hábitos que parecen perdurar en el tiempo.
Se puede casi que garantizar que un comercio que antes de la pandemia sólo vendía a través de la tienda física, hoy ya cuenta con su tienda online. Esto representa una gran oportunidad para los bancos adquirentes, que pueden ofrecer opciones de pago, capaces de soportar tanto un gran volumen como una amplia gama de métodos transaccionales.
Los bancos adquirentes normalmente subcontratan estos servicios, pero los adquirentes cada vez más contemplan la oportunidad realizarlo internamente. Esto les proporciona autonomía y control sobre una gran parte cada vez mayor del negocio y, lo que es más importante, les ofrece márgenes más altos sobre los ingresos ya incrementados. Los beneficios van directamente al resultado final.
Más modalidades de pago significan más ventas y también más negocios para los adquirentes
Como ya se mencionó, una combinación de orientación oficial y sabiduría convencional ha llevado a muchos consumidores a hacer de las tarjetas sin contacto o billeteras digitales su método de pago preferido. Para facilitar esto, se han incrementado los límites de los pagos, lo que puede servir para hacer que estos nuevos hábitos sean más “convenientes” para los consumidores y así aumentar su preferencia por más servicios de pago.
La necesidad es la madre de la invención, y a medida que los consumidores al igual que las empresas buscan formas de pago más compatibles con la situación actual del COVID, al igual que buscan mejorar la experiencia del cliente con nuevos servicios de valor agregado, el soporte para los servicios digitales será cada vez más importante para los adquirentes.
La demanda de los consumidores decidirá cómo se verán estos servicios digitales, tal como la tendencia actual de códigos QR la cual es evidente en muchos mercados emergentes, por esto los adquirentes deben proporcionarlo y ofrecerlo. Las ventas de los comerciantes se verán afectadas si no pueden aceptar los métodos de pago que prefieren los consumidores, ya sea que esa preferencia se base en la seguridad, la velocidad o ambas. Si los adquirentes quieren evitar la pérdida de clientes comerciales, deben respaldar una amplia gama de métodos de pago. Esta es más que una oportunidad para proteger la participación de mercado a través de una mayor lealtad de los comerciantes ya que es una oportunidad para desarrollar fuentes de ingresos completamente nuevas.
La puerta está abierta: los adquirentes solo tienen que atravesarla
Un evento global en gran parte inesperado ha acelerado el cambio para los adquirentes, pero la necesidad de nivelar la capacidad y proporcionar servicios innovadores se avecinaba mucho antes del COVID-19.
Ha llegado el momento de que los adquirentes cambien sus modelos de negocio para asegurarse de poder hacer frente a tan alto volumen de transacciones que vemos hoy en día y el volumen que se podría presentar en el futuro. Además deben permitir que sus comerciantes acepten cualquier método de pago que elijan los consumidores.
Aunque al principio puede parecer un desafío, ahora es el momento de capitalizar la disrupción. Se están abriendo nuevas fuentes de ingresos a través de servicios digitales y otras medidas, que refuerzan las relaciones críticas con los clientes.
Obtenga más información sobre cómo las nuevas dinámicas competitivas y un mercado de pagos cambiante están impulsando la imprevisibilidad comercial para los compradores en nuestro libro electrónico, Sin margen de error: por qué los compradores deben cambiar sus modelos comerciales para prosperar en la década de 2020.
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